sábado, 16 de noviembre de 2013

La Educación y el Amor



     Desde que el hombre fue creado se ha comunicado a través de distintos medios que denota un lenguaje que su semejante entiende. Un gesto, un murmullo, una palabra es lenguaje; es decir, el hombre no puede estar sin relacionarse con su entorno. El principio innato del hombre es convivir con todo y todos. Así, el niño y la niña antes de nacer se comunica con su mamá. Pero esto no termina aquí, las emociones juegan un papel predominante en el lenguaje, comunicación y convivencia. Es decir, el niño y la niña requieren ser aceptados como únicos seres legítimos e irrepetibles. En este orden, la educación colabora en el proceso de transformación humana en la convivencia, donde el niño, la niña y el docente cambian juntos en forma congruente, en tanto que se interaccionan  recurrentemente. Asimismo, la escuela fomenta y guía al niño y la niña, desde que está en la "educación maternal" en su crecimiento como seres humanos responsables social y ecológicamente, conscientes que se respeten a sí mismos y a los demás. Por supuesto, que todo lo anterior tiene que ver con el "amor y el dominio propio", mencionados en  la Biblia (2Ti.1.7); que hacen ver las emociones como unos de los principales elementos para la convivencia, junto a la mente y voluntad. Para concluir, los valores y  principios para un convivir efectivo del niño y la niña tienen su punto de apoyo en el dominio de las emociones, no de la razón, y en particular con el dominio del amor, que es la emoción que hace posible la convivencia social.

Referencia Bibliográfica
Casiodoro de Reina  y Cipriano de Valera.  La Santa Biblia. 2 Timoteo. 1.7. (p.1494).Con Referencias.  Colombia: Sociedades Bíblicas Unidas.1960.
Maturana, Humberto. Emociones y lenguaje en educación y política.1990. Santiago: Colección 
HACHETTE/COMUNICACION-CED.