Encontramos así, en el lenguaje de la investigación diversos tipos de entrevistas, a saber, las psicológicas o clínicas, entrevistas focalizadas o directas y la entrevista a profundidad o abierta, entre otras. En este sentido, el manejo de la técnica dependerá en gran medida según el método que conduzca la investigación y la forma de “recolección” de datos. La entrevista puede ser de dos tipos fundamentales: abierta o cerrada. En la segunda, ya se tiene previsto tanto las preguntas como el orden y la forma de plantearlas, y el entrevistador no puede alterar ninguna de estas disposiciones. Por el contrario, en la entrevista abierta a a profundidad, el entrevistador tiene amplia libertad para las preguntas y sus intervenciones, permitiéndose toda la flexibilidad necesaria en cada caso particular. Sin embargo, la entrevista abierta no se caracteriza esencialmente por la libertad para plantear preguntas, pues su propósito no reside en “recoger” datos de la historia del entrevistado; sino que la libertad reside en una flexibilidad suficiente para permitir en todo lo posible que el entrevistado configure el campo de la entrevista según su estructura psicológica particular, es decir, que el campo de la entrevista se configure al máximo posible por las variables que dependen de la personalidad del entrevistado (Bleger, 1985, p. 10). El módulo de la entrevista a profundidad tiene como objetivo mostrar en qué lugar, del espacio técnico de las herramientas “cualitativas”: historias de vida, sesiones de grupo, encuestas, etcétera; se ubica la entrevista a profundidad, es decir, la entrevista de preguntas abiertas, indirectas; así como, presentar su guía técnica para ejercitarla. Para ello, se hace necesario revisar el contexto de la investigación cualitativa retomando la importancia del lenguaje, los sistemas de comunicación y el papel que desempeñan los procesos psicológicos. Dr. Luis Gómez
martes, 15 de octubre de 2013
Entrevista a Profundidad en la Investigación Cualitativa
Encontramos así, en el lenguaje de la investigación diversos tipos de entrevistas, a saber, las psicológicas o clínicas, entrevistas focalizadas o directas y la entrevista a profundidad o abierta, entre otras. En este sentido, el manejo de la técnica dependerá en gran medida según el método que conduzca la investigación y la forma de “recolección” de datos. La entrevista puede ser de dos tipos fundamentales: abierta o cerrada. En la segunda, ya se tiene previsto tanto las preguntas como el orden y la forma de plantearlas, y el entrevistador no puede alterar ninguna de estas disposiciones. Por el contrario, en la entrevista abierta a a profundidad, el entrevistador tiene amplia libertad para las preguntas y sus intervenciones, permitiéndose toda la flexibilidad necesaria en cada caso particular. Sin embargo, la entrevista abierta no se caracteriza esencialmente por la libertad para plantear preguntas, pues su propósito no reside en “recoger” datos de la historia del entrevistado; sino que la libertad reside en una flexibilidad suficiente para permitir en todo lo posible que el entrevistado configure el campo de la entrevista según su estructura psicológica particular, es decir, que el campo de la entrevista se configure al máximo posible por las variables que dependen de la personalidad del entrevistado (Bleger, 1985, p. 10). El módulo de la entrevista a profundidad tiene como objetivo mostrar en qué lugar, del espacio técnico de las herramientas “cualitativas”: historias de vida, sesiones de grupo, encuestas, etcétera; se ubica la entrevista a profundidad, es decir, la entrevista de preguntas abiertas, indirectas; así como, presentar su guía técnica para ejercitarla. Para ello, se hace necesario revisar el contexto de la investigación cualitativa retomando la importancia del lenguaje, los sistemas de comunicación y el papel que desempeñan los procesos psicológicos. Dr. Luis Gómez
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